Que el Señor te escuche
cuando estés angustiado;
que el Dios mismo de Jacob
te defienda.
Que te envíe auxilio y
ayuda desde el santuario
de Sión. Que se acuerde de
todas tus ofrendas y
acepte con agrado tus
holocaustos. Que cumpla
todos tus deseos y lleve
a cabo todos tus planes.
Celebraremos así tu victoria,
y levantaremos banderas en
nombre del Dios nuestro.
¡Que el Señor cumpla
todas tus peticiones!
Estoy convencido de que el
Señor dará la victoria al rey
que ha escogido; de que le
contestará desde su santo
cielo, dándole grandes
victorias con su poder. Unos
cuentan con sus carros de
guerra y otros cuentan con
sus caballos; pero nosotros
contamos con el Señor nuestro
Dios. A ellos se les doblan
las rodillas y caen, pero
nosotros seguimos firmes y
en pie.
Señor, ¡dale la victoria al
rey! ¡Respóndenos cuando te
llamemos!