Salmo 76

Dios, el vencedor

Dios es conocido en Judá; Su nombre es famoso en Israel. Su templo está sobre el monte Sión, en Jerusalén; Allí rompió las armas de guerra: escudos, espadas, arcos y flechas.


¡Tú eres glorioso, oh, Dios! ¡Eres más grandioso que las montañas eternas! Los más valientes fueron despojados; los más fuertes nada pudieron hacer; ¡durmieron su último sueño! Ni aún moverse pueden el carro y el caballo cuando tú, Dios de Jacob, los amenazas.


¡Tú eres terrible! ¿Quién puede estar en pie delante de ti cuando se enciende tu furor? Desde el cielo das a conocer tu juicio; la tierra tiene miedo y se queda quieta, oh Dios, cuando te levantas para hacer justicia y salvar a todos los oprimidos de este mundo.


El enojo del hombre se convierte en tu alabanza; ¡aún su más mínimo enojo se convierte en tu corona! Hagan ustedes promesas al Señor, su Dios, pero cúmplanselas. Ustedes qué rodean al que es digno de temor, ¡tráiganle ofrendas! Pues él quita la vida a los gobernantes y causa temor a los reyes del mundo.