Salmo 65

Dios es digno de alabanza

Oh Dios de Sión, ¡tú eres digno de alabanza! ¡tú mereces que te cumplan lo prometido, pues escuchas la oración!


Todo el mundo viene a ti. Nuestras maldades nos dominan, pero tú perdonas nuestros pecados. Feliz el hombre a quien escoges y lo llevas a vivir cerca de ti, en las habitaciones de tu templo. ¡Que seamos colmados con lo mejor de tu casa, con la santidad de tu templo!


Dios y salvador nuestro, tú nos respondes con maravillosos actos de justicia; la tierra entera confía en tí, y también el mar lejano; tú mantienes firmes la montañas con tu poder y tu fuerza. Tú calmas el estruendo de las olas y el alboroto de los pueblos; aun los que habitan en lejanas tierras tiemblan ante tus maravillas; por ti hay gritos de alegría del oriente al occidente. Tú tienes cuidado de la tierra; le envías lluvia y la haces producir; tú, con arroyos caudalosos, haces crecer los trigales. ¡Así preparas el campo! Tú empapas los surcos de la tierra y nivelas sus terrones; ablandas las tierras con lluvias abundantes y bendices sus productos. Tú colmas el año de bendiciones,tus nubes derraman abundancia; los pastos del desierto están verdes y los montes se visten de gala; los llanos se cubren de rebaños, los valles se revisten de trigales; ¡todos cantan y gritan de alegría!