Señor,
¿quién puede residir en tu
santuario?, ¿quién puede
habitar en tu santo monte?
Sólo el que vive sin tacha
y práctica la justicia; el
que dice la verdad de todo
corazón; el que no habla mal
de nadie; el que no hace
daño a su amigo ni ofende a
su vecino; el que mira con
desprecio a quien desprecio
merece, pero honra a quien
honra al Señor; el que cumple
sus promesas aunque le vaya
mal; el que presta su dinero
sin exigir intereses; el que
no acepta soborno en contra
del inocente.
El que asi vive, jamás caerá.