Yo busco mi refugio en el Señor.
Es por demás que me digan:
Huye a los montes, como las
aves. Fijate en los malvados:
ponen la flecha en la cuerda,
tensan el arco y, desde un
lugar escondido, disparan
contra los hombres honrados.
Y cuando las bases mismas se
vienen abajo, ¿que puede hacer
el hombre honrado?
El Señor esta en su santo
templo. El Señor tiene su
trono en el cielo, y con
ojos bien abiertos vigila
atentamente a los hombres.
El Señor vigila a justo y a
malvados, y odia con toda su
alma a los que aman la
violencia. El Señor hará
llover sobre los malos
brasas, fuego y azufre y
traerá un viento que todo
lo quemará. ¡El Señor les
dará su merecido!
El Señor es justo y ama
lo que es justo; ¡por eso
lo verán cara a cara los
sinceros.