Misterios Luminosos

Jueves

1. El bautismo de Jesús en el río Jordán
misterio luminoso 1

En el primer misterio luminoso contemplamos a Nuestro Señor Jesucristo, siendo bautizado en el río Jordán por San Juan Bautista, y cómo al instante, se abrieron los cielos y el Espíritu de Dios bajó sobre Cristo Jesús, y una voz que salia de los cielos decía: ¡Este es mi Hijo amado en quien me complazco!.

Pidamos a María, Reina concebida sin pecado original, que nos obtenga por el bautismo de su Divino Hijo, un corazón limpio y un espíritu nuevo, para realizar con perfección nuestro apostolado junto al prójimo.

2. La realización del primer milagro de Jesús en las bodas de Caná
misterio luminoso 2

En el segundo misterio luminoso contemplamos a Nuestro Señor Jesucristo, transformando el agua en vino en Caná de Galilea. En realidad, su hora no había llegado aún, sin embargo una simple insinuación de su Madre, lleva a Jesús a anticipar sus portentosos milagros.

Pidamos a María, Auxilio de los cristianos, la gracia de tener una confianza inquebrantable, pura y creciente en la omnipotencia de su súplica.

3. El anuncio del reino de Dios invitando a la conversión
misterio luminoso 3

En el tercer misterio luminoso contemplamos a Nuestro Señor Jesucristo, anunciando la llegada del Reino de Dios e invitando a la conversión, perdonando los pecados de quien se acerca a Él con humilde fe, iniciando así el ministerio de misericordia que Él seguirá ejerciendo hasta el fin del mundo, de un modo especial, a través del Sacramento de la Confesión confiado a la iglesia.

Pidamos a María, Madre admirable que seamos transformados de tal manera que nuestro corazón, pase a ser semejante al suyo, para así, trabajar por la salvación de todos y la expansión del Reino de Dios.

4. La Transfiguración de Nuestro Señor Jesucristo
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En el cuarto misterio luminoso contemplamos cómo Nuestro Señor Jesucristo, al transfigurarse delante de los tres Apóstoles en el Monte Tabor, fortaleció su esperanza en la vida eterna, animándolos a soportar bien los sufrimientos y pruebas que se avecinaban en la pasión.

Pidamos a María, Puerta del Cielo, la gracia de nunca perder la convicción de la gloria que está reservada a los que perseveren, a fin de que jamás nos desanimemos a lo largo del camino de la vida.

5. La Institución de la Eucaristía en la última cena
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En el quinto misterio luminoso contemplamos cómo Nuestro Señor Jesucristo, se hizo comida y bebida para que eternamente podamos participar de su propia Vida Divina. Al comulgar, nos asemejamos a María por algunos momentos, poseyendo el Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de Jesús en nosotros.

Pidamos a María, Madre de Dios, la gracia de crecer ardorosamente en la devoción eucarística y de jamás perder la oportunidad de comulgar con toda nuestra fe, esperanza y amor.

AGRADECIMIENTO

Infinitas gracias te damos, soberana princesa, por los beneficios que todos los días recibimos de tus manos generosas. Dígnate ahora y siempre, tomarnos bajo tu poderoso amparo. Y para más obligarte te saludamos con una salve:

SALVE

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra, Dios te salve. A ti clamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lagrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios, para que seamos dignos de alcanzar las promesas y gracias de Nuestro Señor Jesucristo. Amén.

LETANÍAS A LA SANTÍSIMA VIRGEN