¡Aplaudan, pueblos todos!
¡Aclamen a Dios con gritos de
alegría! Porque el Señor, el
Altísimo, es terrible; es el
gran Rey de toda la tierra.
Destrozo pueblos y naciones
y los sometió a nuestro yugo.
Nos ha escogido nuestra
herencia, que es orgullo de
Jacob, a quien amó.
¡Dios el Señor a subido a su
trono entre gritos de alegría
y toques de trompeta!
¡Canten, canten himnos a Dios!
¡Canten, canten himnos a
nuestro rey! ¡Canten un poema
a Dios, porque él es el Rey de
toda la tierra! ¡Dios es el Rey
de las naciones! ¡Dios está
sentado en su santo trono!
Los hombres importantes de las
naciones se unen al pueblo del
Dios de Abraham, pues de Dios
son los poderes del mundo, ¡Él
está por encima de todo!