¿Por qué presumes de tu maldad, oh poderoso? ¡El amor de Dios es constante! Sólo piensas en hacer lo malo; tu lengua es traicionera como un cuchillo afilado. Prefieres lo malo a lo bueno, prefieres la mentira a la verdad.
Lengua embustera, prefieres las palabras destructivas; pero Dios también te destruirá para siempre: te tomará y te echará de tu casa; te quitará la vida.
Los que obedecen a Dios, verán esto y sentirán temor; pero se burlarán de aquel hombre, diciendo: Miren al que no busca protección de Dios; al que confía en sus grandes riquezas y persiste en su maldad. Pero yo soy como un olivo verde en el templo de Dios; ¡siempre confiare en su amor!
Oh Dios, siempre te daré gracias por lo que has hecho; esperaré en ti delante de tus fieles, porque eres bueno.