Salmo 126

¡Haz que cambie nuestra suerte!

Cuando el Señor cambió la suerte de Sión, nos parecía soñar. Nuestra boca se llenó de risas, nuestra lengua de cantos de alegría. Entonces se decía entre las naciones: "El Señor ha estado grande con ellos". El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres.


Cambia, Señor, nuestra suerte como los torrentes del Negueb. Los que siembran entre lágrimas cosechan entre cantares. Al ir, va llorando, llevando la semilla; al volver, vuelve cantando, trayendo sus gavillas.